En realidad, el qigong es un término muy amplio que incluye todo tipo de practicas en las que la mente se usa con atención, se toma consciencia de la respiración y se mantiene o se mueve el cuerpo en el espacio. En realidad, casi todas las actividades humanas pueden cumplir estos requisitos, teniendo el estado mental apropiado. Es por esto que se puede seguir un “enfoque qigong” para ir en bici o machacar especias con un mortero, por ejemplo. En consecuencia, lo más importante en el qigong, es comprender sus principios. Una vez que se entienden, sus aplicaciones son infinitas. ¡Hablemos de los principios pues!
El principio número uno en qigong es “la mente dirige el qi”. Esto significa que todo comienza en la mente. Antes de que llegues a escribir algo en el teclado de tu ordenador, tu mente ha dado la orden de alargar las manos hacia el mismo. Otro principio importante es “si la mente está en el qi, entonces el qi se estanca”, que quiere decir que la mente debe ir por delante de la acción (aquí el qi puede entenderse como aquello que posibilita la acción). Cuando tomas un paso, ¿piensas en el paso que acabas de dar o piensas en el siguiente? ¿A que es fácil?
No obstante, la mayoría de la gente tiene problemas para concentrarse durante un cierto periodo de tiempo, pongamos un minuto, en una tarea sencilla, como por ejemplo caminar, que es prácticamente automática. Haz la prueba. Levántate y camina con atención por la habitación, prestando atención a la sensación del aire entrando y saliendo de tus pulmones, del contacto de tus pies con el suelo y dejándote llevar suavemente, paso a paso. La mayor parte de la gente encuentra que, al poco, su concentración disminuye y cuando eso sucede, la respiración cambia y el paso se vuelve más vacilante. Vamos, hazlo. Yo estaré aquí esperándote.
¿Ya estás de vuelta? Quizás ahora empieces a entender lo complicado que es “ser uno en cuerpo, respiración y mente”. Y eso era solo caminar. De hecho, podría decirse que éste es un ejercicio bastante avanzado, pues requiere estar presente simultáneamente a varias sensaciones corporales sutiles. Eso sobrecarga al sistema nervioso y la atención se desconecta. Pero no te preocupes, la práctica hace al maestro.
Ahora entiendes el estado mental al que me refiero. Ese estado mental, combinado con una respiración profunda y movimientos lentos y rítmicos o una postura bien alineada, tienen la habilidad de llegar hondo dentro de ti y relajar profundas tensiones físicas, mentales o emocionales. Y lo mejor de ello, es que una vez que entiendes los principios, puedes aplicarlos a cualquier actividad que hagas.